No, amigue, Jesús no era palestino

La carnicería que inició con el sanguinario ataque de Hamás a población israelí y que recrudeció con la feroz respuesta de Israel tiene implicaciones sociales más allá del epicentro del conflicto.


FOTOS. Jorge Fernández Islas

 

En este espacio jamás tendrá cabida la tibieza y defenderé siempre que las personas tienen el derecho innegociable de tener filias y fobias porque forman parte de la naturaleza intelectual del ser humano.

En el inevitable catálogo de conflictos que se desarrollan en nuestro contexto, es inevitable no tomar partido cuando nos involucramos intelectualmente en uno ya que la mente humana funciona así, necesitando sesgar y acomodarse en algún espectro del conflicto –el que sea mas afín a nuestros valores y sistema de creencias– porque así es como nuestra mente logra comprender ese conflicto y es por eso, que no voy a señalar ni a juzgar, porque no tengo ninguna autoridad moral para hacerlo, a quienes toman partido por los conflictos que dominan el vox populi. Aquí no voy a juzgar a quienes, en el enraizado conflicto de Tierra Santa, toman partido a favor de la causa del Estado de Israel o de su contraparte, la causa palestina.

Dejando en claro lo anterior, es muy claro quienes son pro israelíes (los que son afines al centro o la derecha) y quienes son pro palestina (la contraparte, los afines a la izquierda y los diversos apéndices del marxismo cultural) y eso no estará en discusión. Lo que si lo esta y además, debe ser señalado y juzgado son las perversidades en ambos espectros para implantar narrativas a favor de su bando y en perjuicio del otro.

En esta víspera de Epifanía (la celebración de la visita y adoración de los sabios de oriente al Niño Jesús) conocida de manera mas popular como el Día de Reyes y que es la última de las fiestas del calendario navideño (si, ya se que los puristas vendrán a decir que la fiesta que lo cierra es la Candelaria, el 2 de febrero, pero hablo en clave social y no litúrgica), toca tratar un tópico que domino la conversación pública virtual en la pasada Navidad.

Desinformando y manipulando

Resulta que nuestros trasnochados amigos entusiastas de la ideología woke y todos estos apéndices que rodean a la izquierda política, tuvieron la ocurrencia de difundir la consigna de que, en esta Navidad que celebramos hace un par de semanas, estábamos celebrando el nacimiento de una víctima de la “opresión sionista”.

Si, según ellos, que pasaron de negar la existencia de Jesús a decir que era un “camarada socialista” por eso de que expulsó a los mercaderes del templo, tienen esta nueva ocurrencia, la de asegurar que Jesús era un palestino y como el homo sapiens es una especie visual, usando los generadores de imágenes de las diversas aplicaciones de inteligencia artificial generaron imágenes de una Virgen María recién parida, con José de su lado y el Niño Jesús viendo la primera luz… ¡en una calle bombardeada de Gaza!… si, Gaza.

Ignorando al canon y a la Historia

No eligieron Belén, donde tendría sentido canónico o Nazaret, donde tendría sentido histórico (si, ambas poblaciones asentadas en Cisjordania, el territorio asignado a la Autoridad Nacional Palestina), si no en Gaza (también territorio palestino pero gobernado por otro grupo de poder), el epicentro del conflicto actual por ser bastión de Hamás… pero que no tiene absolutamente nada que ver con la historia de Jesús de Nazaret.

Si, es un hecho que con excepción del Mar de Galilea, la gran mayoría de sitios sagrados para el cristianismo en Tierra Santa, los sitios donde vivió y predicó Jesús de Nazaret, se encuentran en Cisjordania, bajo jurisdicción palestina pero, lo que si es un hecho es que Jesús jamás tuvo algo que ver con Gaza (quizás cuando, según las escrituras, la “Sagrada Familia”, cuando huyo de la persecución de Herodes y puso rumbo a Egipto, seguro pasaron por Gaza, pero hasta ahí), es decir, que eso de decir que Jesús era un gazatí palestino no solo es un abuso, también es perverso, es un ejerció burdo de manipulación.

Contexto

Para poner en contexto de el por que es demencial equiparar al Niño Jesús con los actuales niños palestinos, empecemos con el hecho de que Jesús fue un niño que nació en el seno de una familia judía de Nazaret como súbditos del rey Herodes I, rey de Judea, Samaria e Idumea, territorios que están asentados en partes de los actuales: Israel, Palestina, Siria y Jordania. El reino de Herodes era cliente de, primero, la República Romana y en tiempos donde nace Jesús, bajo la PAX ROMANA de Augusto, ya en el inicio del Imperio, el tercer estadio de la civilización romana.

Cuando Jesús muere ejecutado en la cruz por orden del procurador Poncio Pilatos (personaje histórico verificado), la zona ya es la provincia romana de Judea, totalmente anexionada al Imperio Romano y la palabra Palestina no existía.

Algunos años de diferencia

Casi 100 años después del nacimiento y muerte de Jesús, tras aplastar la tercera revuelta judía, Roma opta por ser implacable y pacificar la levantisca provincia deportando a los judíos de su tierra y prohibiéndoles acercarse a Jerusalén, a la cual rebautizaron como Aelia Capitolina y a la provincia como Siria Palestina, en alusión a los enemigos ancestrales de los judíos, los filisteos, ese extraño pueblo de finales de la edad del bronce pero, ese no es el dato mas contundente que hace ridícula la relación de Jesús con los actuales palestinos si no que, bueno, Jesús murió ¡seis siglos y medio antes del nacimiento de Mahoma!

Pongamos en perspectiva, la diferencia de tiempo entre Jesús y Mahoma, profeta fundador del Islam, religión de los árabes palestinos, es la que hay entre la epidemia de Peste Negra de la Europa del siglo XIV y la Pandemia del COVID-19 que vivimos hace unos años y bueno, para cuando los árabes musulmanes se asentaron en el actual territorio palestino ya habían pasado mas de 700 años desde los tiempos donde vivió Jesús. Decir que Jesús era palestino, es de un absurdo tal como decir que un habitante del actual estado de Hidalgo era un tolteca habitante de Tula en el postclásico.

Reafirmando

Como dije mas arriba, no voy a cuestionar ni juzgar las filias ni fobias de nadie, pero lo que si vamos a señalar con brutalidad es cuando se recurran a perversidades a la hora de implantar narrativas y en este caso, por mera honestidad intelectual, debemos hacerlo.

No AMIGUE, Jesús no era palestino y con esto culminamos el primer Codex del año.

¡Nos leemos el próximo viernes!

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